Hasta hace pocos años, los viajeros surcaban el mar Egeo hacia las Cícladas en busca de las populares Santorini y Mikonos. Actualmente, otra de estas islas se está convirtiendo en visita obligada en el archipiélago. Se trata de Milo.
Sin duda, la principal referencia de Milo es la estatua de Afrodita encontrada en este lugar hace 200 años, la famosa “Venus” del Museo de Louvre. Pero la isla de Milos, con sus paisajes de roca volcánica únicos, sus más de 70 playas, rica gastronomía y sitios de interés histórico, la convierten en un deseable paraíso turístico.
Milo tiene un aeropuerto con vuelos desde Atenas. Si viajas desde El Pireo, Creta u otra isla de las Cícladas, puedes viajar en ferry, ya que varias compañías tienen rutas hacia y desde Milos. Puedes consultar fechas, horarios y costos en Ferryscanner.
Adamas es lo primero que verás al llegar en tu ferry. Como cualquier otro puerto, Adamas es un lugar con mucho movimiento. Si deseas comer, contarás con una gran oferta de restaurantes con terrazas hacia el mar. Después de degustar la rica gastronomía del lugar, podrás realizar un recorrido por sus callejuelas, visitar sus tiendas, la iglesia y un pequeño museo dedicado a la historia de la isla.
Plaka es la capital de Milo, repleta de vestigios históricos, como el castillo veneciano del siglo XIII y el museo Arqueológico, donde podrás admirar una réplica exacta de la Venus de Milo. Klima es una pequeña y fotogénica villa con coloridas casas a la orilla del mar, cada una de ellas con su propio embarcadero. En Klima podrás admirar de atardeceres que nunca olvidarás.
A lo largo de los 120 km de costa que posee Milo están esparcidas 70 playas de todos tamaños, formas, texturas y colores. Así como puedes encontrar playas con arena fina y blanca, existen otras pedregosas, con perlita o roca sólida, y con aguas en todas las tonalidades de azul turquesa. No dejes de visitar la playa de Sarakiniko, con sus particulares formaciones de roca blanca que parecen un paisaje glaciar o lunar.
La mayoría de estas playas tienen acceso por carretera, pero a muchas de ellas solo se puede llegar por mar. Bien vale la pena recorrer la costa de la isla en alguna embarcación, para tener una vista panorámica de sus playas y las caprichosas formas de sus rocas. Por ejemplo, la cueva de Sikia, a la que se debe entrar a nado para descubrir que se trata de una cueva derrumbada, cuya abertura ilumina la roca y el agua creando un efecto espectacular.
A las aguas termales de Milos se les han atribuido propiedades curativas desde tiempos de los antiguos griegos. En Adamas existe un pequeño balneario con aguas cálidas entre 35 a 41 grados centígrados. Se conoce como “la cueva de Hipócrates”, ya que fue el mismo padre de la medicina quien recomendaba sus aguas para tratar enfermedades de la piel por su alto contenido de azufre. Existen otras fuentes termales conocidas como “los baños de Aliki”, se ubican al lado de la playa Paleochori.
Tanto las de Roma, como las de Milo, conforman la red de galerías subterráneas de este tipo más extensas descubiertas hasta hoy. Las catacumbas de Milo, ubicadas en Trypiti, datan del siglo I d.C. y poseen una longitud total de más de 180 metros. En ellas fueron enterrados más de 2,000 personas.
El anfiteatro se ubica justo al lado de las catacumbas, a pesar de que está bastante destruido, te permitirá conocer este tipo de construcciones tan importantes para la cultura griega. Además, las vistas desde ahí son espectaculares.
Kímolos se encuentra a tan solo una hora en ferry desde Milos y es una buena opción como paseo de un día. Existen dos líneas que hacen el recorrido Milos-Kímolos: Helenic Seaways y Zante Ferries. Se trata de una pequeña isla de roca volcánica predominantemente blanca con cuevas naturales y hermosas playas. En la parte norte se encuentran las minas de yeso, en la capital resalta un antiguo castillo veneciano en ruinas, en torno al cual se sitúa el poblado con casas típicas de las Cícladas.
Podríamos seguir hablando de las maravillas y sitios de interés de Milo, ya que tiene mucho más que ofrecer. Te invitamos a que lo descubras tú mismo en tu visita a las Cícladas.