Sète es la ciudad de los artistas y los amantes del mar. Si aún no ha descubierto sus encantos, aquí tiene algunas ideas para su estancia.
Sète es ante todo un antiguo puerto pesquero. No hay que ir muy lejos para presenciar el espectáculo constante del paso de los barcos pesqueros. Desde pequeñas embarcaciones de colores hasta grandes arrastreros que descargan el pescado por la red, el pescado que se subasta en el muelle o los pescadores que limpian sus redes forman parte de la experiencia. Incluso puede visitar uno de los antiguos arrastreros.
También puede subir los 126 escalones del faro Saint Louis para admirar el panorama del viejo puerto y, por supuesto, disfrutar de la pesca del día en uno de los muchos restaurantes de marisco que bordean el muelle. ¡Frescura garantizada!
No en vano Sète es conocida como la Venecia del Languedoc, con magníficos canales que atraviesan su casco antiguo. Simplemente pasear junto al agua o disfrutar de un café en una de las muchas terrazas es un placer en sí mismo, pero también puede cruzar los canales en un barco-taxi, para un ambiente veneciano garantizado. También encontrará muchos hoteles con ventanas que dan a los canales.
La gastronomía de Sète es famosa en toda Francia por sus delicados sabores. Los amantes del marisco están de enhorabuena.
La visita a los mercados nos sumerge directamente en el ambiente y nos permite apreciar la frescura de los productos. ¿Qué mejor manera de concluir esta visita que degustando una tielle, el pastel emblemático de la gastronomía de Sétoise, en pleno muelle?
Si siente curiosidad por su estómago, le conviene visitar uno de los muchos establecimientos de cata de vinos de la ciudad, para cultivar su cerebro además de sus papilas gustativas.
Por lo demás, no le faltará donde elegir en cuanto a marisquerías, cuyos menús siguen presentando las legendarias especialidades que han dado fama a Sète: bourride, calamares rellenos, macarrones…
Es difícil aburrirse en Sète. Aquí no faltan las actividades. Por ejemplo, descansar en playas de arena blanca salpicadas de cabañas de paja para refrescarse, y practicar deportes acuáticos como kayak y kitesurf.
Suba al Monte Saint Clair y contemple la excepcional vista panorámica de la ciudad y sus alrededores desde la cima. No deje de pasar la velada en el Théâtre de la Mer, un anfiteatro de estilo romano donde se celebran regularmente conciertos y proyecciones en un magnífico marco.
Situada en el corazón de Francia, en plena costa mediterránea, Sète es fácilmente accesible en coche y en ferry. Puede embarcar aquí desde Marruecos, en Tánger (10h o 37h de viaje) o Nador (29h de viaje) a través de la compañía GNV y, por supuesto, puede reservar sus billetes de ferry utilizando el sitio web Ferryscanner.